En la mañana del 19 de junio, Felipe VI se ha convertido en el primer Monarca que en el acto de su proclamación como Rey de España ha efectuado el juramento poniendo la mano sobre la Constitución de 1978.
Esta y otras diferencias han marcado el ceremonial protocolario del solemne acto de proclamación del nuevo Rey de España, celebrado en circunstancias históricas muy diferentes a las de aquel día 22 de noviembre de 1975.
La sesión extraordinaria y conjunta de las Cortes Españolas con el Consejo del Reino, para recibir juramento y proclamar Rey a S.A.R. Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, tuvo lugar cuando todavía faltaba año y medio para las elecciones de la Legislatura Constituyente de 1977 y otros 18 meses más para que el Rey Juan Carlos I sancionara la Carta Magna aprobada en referéndum.
En la proclamación de Don Juan Carlos, el 22 de noviembre de 1975, apenas dos días después de la muerte del General Franco, la bandera de las Cortes ondeaba a media asta. El Rey juraba ante las Cortes del antiguo régimen, mientras que don Felipe lo ha hecho ante un Parlamento democrático.
Don Juan, el padre de Don Juan Carlos, no renunció a sus derechos dinásticos hasta 18 meses después de la proclamación, mientras que éste anunció días antes de la ceremonia de hoy (19 de junio) que “el mejor servicio que podía prestar a España era dejar la primera línea a una generación más joven”.
Don Juan Carlos juró por Dios y sobre los Santos Evangelios “cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los Principios que informan el Movimiento Nacional”, mientras que Don Felipe ha jurado ante un ejemplar de la Constitución “desempeñar fielmente sus funciones y hacer guardar la Constitución”. Entonces fue el presidente del Consejo de Regencia quien tomó el juramento al Rey Juan Carlos y pronunció la fórmula de proclamación; esta mañana ha sido el presidente del Congreso D. Jesús Posada.
Don Juan Carlos tuvo delante la corona de plata, el cetro y un crucifijo de plata; en el acto de esta mañana no estaba presente el crucifijo. Además, durante el discurso de Don Juan Carlos, en contraste con el del Rey Felipe VI, fueron numerosas las referencias religiosas: “pido a Dios su ayuda…”, “el Rey, que es y se siente profundamente católico, expresa su más respetuosa consideración para la Iglesia”, etc… Don Felipe ha decidido no celebrar una Misa posterior, como hizo su padre en Los Jerónimos, para respetar así el carácter aconfesional introducido por la actual Constitución.
Don Juan Carlos y Doña Sofía también realizaron un recorrido en coche por las calles de la ciudad cuando fueron proclamados Reyes en 1975, e igualmente saludaron desde el balcón del Palacio Real que da a la Plaza de Oriente.
Bajo el balcón del Palacio Real aparecía el estandarte del nuevo Rey, cuyo escudo de armas es diferente al de su padre. Las principales variaciones son el cambio de corona y la desaparición del “lambel” azul. Además, ha cambiado el color del paño del estandarte, que hasta ahora era del color azul de la bandera del Principado de Asturias y a partir de ahora será rojo carmesí, color tradicional en la Monarquía española desde hace cinco siglos.
A la proclamación de Don Felipe no han asistido mandatarios ni representantes de casas reales extranjeras. A la de Don Juan Carlos asistieron el general chileno Pinochet, Hussein de Jordania, Rainiero de Mónaco, el duque de Edimburgo e Imelda Marcos, entre otros. Y a la Misa, varios días después, los presidentes de Francia y Alemania, el vicepresidente de EE.UU. y representantes de las principales monarquías europeas. A la proclamación del Rey Juan Carlos también acudieron la hija de Franco y la duquesa de Alba. Aquel 22 de noviembre de 1975 se declaró festivo, mientras que hoy día 19 de junio (Corpus Christi) ya lo es en Madrid.
Asimismo, la moderna escenografía del acto de hoy nada ha tenido que ver con la oscuridad predominante de la del año 1975.
Autor: Antonio Martínez Morante
Secretario General de la Delegación de Defensa de Murcia
Docente de IMEP
Deja una respuesta