Asistí hace poco a una jornada de jóvenes talentos y emprendedores. Tuve la oportunidad de preguntarles qué cambiarían de la universidad. Pues bien, su opinión fue clara: impartir clases más prácticas y conectadas a la realidad.
Cuando tienes una responsabilidad docente, las materias son una excusa para algo de mayor importancia. En realidad, no existen las asignaturas, existen los profesores. Y por ello, cada profesor tiene que entender que, aún dentro de su programa docente, siempre ha de encontrar el encaje para conectar al alumno con el entorno corporativo, empresarial o institucional que va a llegar después.
Ello no se refiere únicamente en los aspectos más obvios, como analizar que los programas universitarios dotan a los alumnos de habilidades relevantes que les preparen mejor para el mundo laboral, sino también en algo que, aunque suene intangible, tiene igual o incluso mayor importancia: inspirar. Salir en ocasiones de las aulas con los alumnos a un entorno empresarial debe servir para inspirar.
Tenemos una generación de talentos de la universidad que tienen que liderar el futuro. Igual que intentamos inspirar en el aula para que los alumnos participen académicamente y aprendan entusiasmados, acerquémosles a la realidad laboral.
En esas jornadas de jóvenes talentos, el ponente principal agradeció en público a un profesor suyo entre el público que había impactado en él, ¡mi reconocimiento!
Entender al alumno y utilizar la formación dentro de otro entorno ha de servir de energía para los nuevos estudiantes y aportarles una visión de su futuro laboral; pensemos un momento, ¿hay alguna motivación más fuerte además de alimentar tu propio conocimiento que sentir que te preparas para algo grande?
Invitemos a los estudiantes al entorno laboral lo más posible, contemos lo que se aproxima desde un punto de vista motivador, cambiemos el balance de las miles de horas frente a los libros para plantear casos reales y prácticos, y busquemos las formas de que a un nivel transversal existan habilidades adquiridas en ese proceso como la comunicación, la resolución de conflictos, la creatividad o la negociación.
El docente de hoy en día tiene que intentar no solo enseñar en el aula, sino estar muy en contacto con el mundo empresarial y unirlo lo más posible. Si además de la responsabilidad individual, las entidades formativas apuestan muy fuerte por ello –yo actualmente colaboro como docente en IMEP y es el caso-, mucho mejor.
Si, ya lo sé, muchos pensarán que es una difícil tarea por las complejidades de los sistemas educativos. Bueno, por qué no preguntamos a cualquiera que tenga una labor docente, ¿tú como profesor puedes hacer algo? No culpemos al sistema¨, la última responsabilidad recae en los docentes. Cada uno en su marco formativo tiene herramientas, es solo comprender esta necesidad; y claro, ¡proponérselo!
Artículo de Antonio Bolaños
Profesor IMEP y ex-Managing Director de Volvo Ocean Race
Foto: Antonio Bolaños con alumnos de IMEP hablando sobre Marketing Experiencial en el Museo Ocean Race.
Deja una respuesta