María Gómez Requejo es Licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), Titulada Superior en Protocolo y Relaciones Institucionales por el Instituto Mediterráneo de Estudios de Protocolo (IMEP), centro adscrito a la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH), Grado en Protocolo y Relaciones Institucionales por la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH) y Máster en Genealogía, Heráldica y Nobiliaria por la UNED.
Es Premio Internacional de Protocolo por su trabajo de investigación “Buenos Modales para Niños (Manual para Padres)” y Premio Extraordinario Fin de Carrera por el mismo texto. También es coautora de los libros “Los básicos del protocolo. Guía contra el pánico del principiante” e “Historia del Ceremonial y del Protocolo”. Creadora del blog Protocolo con Corsé y una de las socias fundadoras del blog Protocol Bloggers Point.
¿Qué le impulsó a dedicarse al ámbito de la comunicación y el protocolo?
No fue un impulso, fue una necesidad. Había un trabajo que hacer organizando reuniones, viajes de empresa, juntas de accionistas, comités de dirección, comidas de empresa, etc. y alguien lo tenía que hacer, así que me “cayó” a mí. Soy una persona bastante organizada, me gustan los procedimientos estandarizados, así que organizar ese tipo de eventos en las empresas en las que he trabajado, no supuso un esfuerzo enorme. Con el paso del tiempo, la aparición de unos estudios que ponían nombre a esas tareas que realizaba supusieron una “adaptación”. Pensé “si hay algo que cubre –a nivel teórico- esas actividades que realizamos, merece la pena estudiarlo”. Y así empezó mi relación con el protocolo, asistiendo a un curso de “Protocolo en la Empresa”; me gustó y me “enganché” en una titulación de tres años, que me gustó muchísimo y cambió mi vida. Eran cosas que conocía por mi trabajo, y que me gustaba hacer, y si además podía titularme ¡adelante!, y eso hice.
¿Cómo cree que ha evolucionado el ámbito del protocolo desde los inicios de su trayectoria profesional hasta ahora?
Muchísimo. Cuando inicié mi trayectoria no había estudios específicos de protocolo –que surgieron a finales de los 90-, así que aprendías con el método “prueba-error”; si tenías suerte y alguien te había abierto camino, podías aprender del predecesor e implementar tus mejoras, pero si el predecesor/predecesora tenía miedo a perder su puesto, tenías que ser autodidacta, lo que nos llevaba al prueba-error en estado puro.
Afortunadamente eso cambió con la aparición de unos estudios, primero como título propio y después como grado oficial; esa formación es fundamental, decisiva. Por mucha experiencia que tengas, necesitas algo que avale lo que sabes, y esto no es una exageración ¿te pondrías en manos de un médico que no tiene titulación superior?, pues en nuestro campo, lo mismo. Experiencia, toda la del mundo, pero sin olvidar la formación y el marchamo que da un título universitario.
Según su experiencia, ¿cuáles son las asignaturas pendientes de los profesionales del protocolo y la organización de eventos?
En la mayoría de los casos es la formación. Hay mucho profesional sin ella, y eso no es de recibo. Hoy día hay cursos de todo tipo, aún los profesionales más ocupados pueden hacerlos; no hay excusa para no formarse. No voy a generalizar, iré a mi experiencia personal. Estos días estoy en contacto con una persona responsable de protocolo en una institución muy importante; y he llegado a la conclusión de que sus conocimientos de protocolo y organización de eventos dejan muchísimo que desear. Me pone de los nervios que personas sin ninguna formación estén desempeñando puestos que muchos de mis alumnos podrían ocupar sin pestañear, y ahí están estas personas, haciendo gala de su ignorancia (y cobrando por ello como si supieran).
Experiencia, toda la del mundo, pero sin olvidar la formación y el marchamo que da un título universitario.
¿Cuál es su opinión sobre el estado actual del protocolo y la organización de actos oficiales?
La mayoría de los actos oficiales que se organizan en nuestro país tienen en su backstage a grandes profesionales del protocolo (hablo del protocolo oficial en instituciones del más alto nivel), que se han preocupado por su formación. Lamentablemente en otros niveles la cosa deja mucho que desear, los puestos están ocupados por personas –de confianza- sin formación ni ganas de formarse, que meten la pata con gran facilidad, ignorando que no solo ellos, sino también su institución, son los que salen perjudicados. El día que el de protocolo deje de ser un “cargo de confianza”, el protocolo, sin duda, ganará.
Considera que es urgente cambiar el Real Decreto de Precedencias de 1983. ¿Por qué?
La reforma no la calificaría de urgente, si no de necesaria. Es necesario adaptar –que no cambiar- el Real Decreto 2099/83, adecuándolo a los tiempos, incluyendo muchas autoridades que ahora están fuera, incluso definiendo el término “autoridad”; precisando su contenido y ámbito de aplicación entre otras modificaciones que una norma de 1983 necesita para adaptarse a los tiempos que corren.
El día que el de protocolo deje de ser un “cargo de confianza”, el protocolo, sin duda, ganará.
¿Qué conocimientos y competencias cree que debe tener un buen profesional de la organización de eventos, el protocolo y las relaciones institucionales del siglo XXI?
Formación en protocolo y organización de eventos; idiomas; tecnologías y apps para eventos. Esto es lo primero que me ha venido a la mente, pero sin duda hay más cosas: saber analizar una situación, evaluar alternativas y encontrar soluciones (no dejar nada a la improvisación o al “sentido común”); ser capaz de gestionar información y tiempo estableciendo desde el principio unos objetivos claros; elegir entre diversas opciones y responsabilizarse de las decisiones; estar preparado para trabajar en equipo. La organización de eventos no es una carrera para “lucirse” a nivel individual ni para eludir responsabilidades, todas las competencias y habilidades que potencien el trabajo en equipo y la responsabilidad, serán bienvenidas.
Es necesario adaptar –que no cambiar- el Real Decreto 2099/83, adecuándolo a los tiempos, incluyendo muchas autoridades que ahora están fuera.
La sociedad en general suele confundir las normas de protocolo con la etiqueta social. Existe una línea muy delgada que es muy fácil de cruzar. En IMEP consideramos que se pierde la importancia de la disciplina a equipararla con la ordenación de cubiertos en una mesa o con el estilo o el buen gusto. Un ejemplo de lo que decimos es este artículo de María de la Serna Ramos para el Huffington Post.
Este es el caballo de batalla de quien se dedica al protocolo y la organización de eventos. Y ahí estamos los profesionales y formadores en protocolo, para hacer ver a la sociedad que protocolo no debe confundirse con urbanidad, etiqueta, o modales. Aquí estamos hablando de otra cosa. Y de eso es de lo que tenemos que convencer a la audiencia. Si cada vez que analizamos un acto oficial lo primero que hacemos es comentar el modisto que ha vestido a la concurrencia femenina, flaco favor le hacemos al protocolo ya que el mensaje que estamos enviando es: protocolo=moda, y eso –como bien señala María de la Serna- no es lo mismo. Si estamos analizando un acto de “protocolo” habrá que hablar de: ordenación, símbolos, autoridades, secuencia de la ceremonia, y también de etiqueta, siempre y cuando se exija una determinada para acudir al evento en cuestión.
Lo que hay que hacer es una tarea de docencia y, en cuanto detectemos esa confusión, informar a quien escribe sobre el tema. En esta tarea estamos implicados todos, tanto los docentes como los profesionales y las instituciones que están impartiendo Grado y Postgrado en Protocolo.
La organización de eventos no es una carrera para “lucirse” a nivel individual ni para eludir responsabilidades, todas las competencias y habilidades que potencien el trabajo en equipo y la responsabilidad, serán bienvenidas.
Es parte del Protocol Bloggers Point, una referencia digital del sector. ¿Cómo surgió este proyecto divulgativo?
Protocol Bloggers Point, o #PBP como a nosotras nos gusta llamarlo, fue una idea de María de la Serna. Durante el ICIEPC de la UNED compartió con Pilar Muiños y conmigo el planteamiento: hacer una web, a modo de repositorio de posts de protocolo y eventos. Tanto a Pilar Muiños como a mí nos pareció una idea estupenda. Tener a nuestra disposición un instrumento que permitiese recoger todo lo publicado sobre protocolo y eventos, actualizado cada 24 horas, era una idea genial. Tres años más tarde nos sigue pareciendo lo mismo. En la red se mueve mucho conocimiento sobre el tema -a distintos niveles- el lector es el que selecciona, pero –sin duda- tener la información a tiro de clic es fundamental para poder elegir y diferenciar lo bueno de lo regular.
Los profesionales y formadores en protocolo estamos para hacer ver a la sociedad que protocolo no debe confundirse con urbanidad, etiqueta, o modales.
¿Cuáles son sus referentes? (Autores, libros, blogs…).
López Nieto, Vilarrubias, Fuente, Otero, Sánchez González, han escrito libros que no deberían faltar en las estanterías de quien estudia o practica el protocolo. Además hay que estar a las novedades editoriales, y ahí, la editorial Síntesis, está realizando una gran labor de actualización de publicaciones. Se están publicando muchas cosas a través de revistas como la de la Sociedad de Estudios Institucionales y estar al día de las tesis que se van presentando sobre el tema, forma parte de mi trabajo habitual. A mí me gusta el protocolo en la historia y la historia del protocolo, hay blogs muy buenos, en los que ves que su autor ha investigado y sabe de qué habla, esos son los que más me gustan. A nivel técnico y más centrado en eventos hay blogs, en su mayoría en inglés, que cubren todos los aspectos que presenta la organización de cualquier acto. Personalmente me resultan muy útiles.
¿Algún consejo para todos aquellos futuros profesionales del ámbito de la organización de eventos, el protocolo y las relaciones institucionales?
Formación, formación, formación. Sin una buena base teórica la práctica –salvo genialidades- no nos permite sobrevivir en un mundo cada vez más cambiante. Un profesional necesita la práctica pero también el conocimiento teórico que sustenta sus decisiones de trabajo. El “sentido común” –al cual se refieren algunos profesionales- no es lo más aconsejable, porque ni es sentido –percepción- ni es común –compartido- por mucho que nos lo vendan como fundamento a la hora de decidir aspectos prácticos de nuestra profesión. Las decisiones se toman con base en criterios objetivos que obtenemos de nuestros conocimientos teóricos y de la práctica profesional, solo así seremos respetados como profesionales y nuestras decisiones serán creíbles. ¿Te imaginas un médico que te operase por “sentido común” o un ingeniero que construyese un puente con la misma base?
¡Muchas gracias a María por compartir sus conocimientos y opiniones tan acertadas! Nos enorgullece que seas alumni IMEP-UMH. Os invitamos a seguir de cerca todo su trabajo.
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