Juan Carlos Vidal, promotor musical y director del SOM Festival de Castellón, nos cuenta cómo es organizar un festival desde dentro, las preocupaciones y los triunfos del mundo del espectáculo desde la perspectiva de un organizador de eventos
Pregunta: ¿Qué es lo más emociónate de preparar un festival?
Respuesta: A mí, personalmente, lo que más me gusta es concebir el mismo cada año e imaginarme como quiero que sea, que novedades vamos a implementar, que artistas me gustaría que formaran parte del cartel, el proceso de construcción del proyecto, de ir convirtiendo en realidad una idea
P: ¿Qué es lo que más temes siempre que falle?
R: El mayor coste emocional siempre me lo llevo cuando después de pelear mucho para poder tener un artista finalmente no puede ser porque tiene una oferta mejor o porque prefiere ir a una ciudad más grande. Para todo lo demás, no me gusta tener plan B, no podemos permitir que nada con lo que llevamos tanto tiempo trabajando falle, excepto por algún motivo que no podamos controlar como inclemencias meteorológicas. Para todo lo demás el equipo debe saber cuáles son sus competencias y tener muy muy clara la hoja de ruta
P: ¿Consideras que la formación es importante para ser capaz de organizar eventos de este calibre?
R: Por supuesto que lo es, echo de menos que cuando empezábamos no hubiera espacios como IMEP que te acercarán de una manera muy clara al sector. No hubiéramos cometido tantos fallos. Luego bien es cierto que cada maestrillo tiene su librillo y know how, pero sin duda alguna la formación es imprescindible.
P: ¿Alrededor de cuántas personas pueden estar trabajando por detrás para crear un festival?
R: Entre puestos directos e indirectos, el SOM que es un ciclo para un aforo 5.000 personas por concierto trabajamos unas 50 personas.
P: ¿Con cuánta antelación se comienza a preparar un festival?
R: Sinceramente no se para nunca, quiero decir que nosotros por ejemplo tenemos definida esta edición, pero ya tenemos artistas cerrados para la próxima, y trabajadas nuevas propuestas que iremos implementando en 2024.
P: Para 2023 el festival contará con una zona gastronómica de estrellas michelín, ¿por qué esta apuesta hacia lo gourmet?
R: Nuestro “festival” camina hacia la excelencia, hacía convertirse en un festival boutique, gourmet, un festival donde se prioriza la calidad a la cantidad, donde atraídos por la buena música los clientes puedan disfrutar de una experiencia más amplia. Una de las novedades de este año va a ser que la zona gastronómica este liderada por una propuesta gastronómica con cocineros Estrella Michelin de nuestra ciudad y de fuera, además de los restaurantes más representativos de la ciudad y venidos de otras partes del país, algunos con soles Repsol, otros ganadores de los principales concursos nacionales de Tapas como el de Valladolid.
El SOM quiere huir del fast food o street food demostrando que se puede dar un producto de mayor calidad al mismo precio. Pero nuestra zona gastro va mucho más allá, además se potenciará el consumo de productos de proximidad, y la Cofradía de Pescadores cederá producto fresco de lonja para que nuestros cocineros elaboren distintas propuestas gastronómicas con ellos.
P: ¿Cuál es la meta del SOM para el próximo año?
R: Consolidarnos como un festival boutique, sostenible e inteligente. Este año mediremos la huella de carbono y activaremos acciones de rsc para revertirla en nuestro entorno. Queremos ir sin prisas, pero con paso firme.
P: ¿Qué consejo le podrías dar a un estudiante que quiera dedicarse a organizar festivales de música?
R: Que no lo haga jajajaja, no en serio, es un mundo apasionante, estresante, que te hace estar continuamente en tensión, engancha, pero que poder ver como disfruta la gente de tu trabajo es una recompensa que no está pagada con todo el dinero del mundo.
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