Ángel Martín Sequera, Responsable de Protocolo de la Dirección General de la ONCE, es uno de los profesionales invitados en el Experto Universitario en Organización de Eventos, Protocolo y Comunicación. Conoce su trayectoria y experiencia en el ciclo de entrevistas de docentes IMEP.
Cuéntenos un poco sobre su formación académica y en qué medida ha influido en su trayectoria profesional.
Cursé mis estudios de Comunicación e Imagen en el CEU San Pablo, como Técnico Especialista en Relaciones Públicas y Comunicación. Obtuve el puesto número 1 de mi promoción, lo que me permitió poder colaborar con esta Institución en materia docente. Al descubrir mi otra vocación, la enseñanza, me licencié en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid.
Mi carácter inquieto y emprendedor me ha hecho también explorar otras áreas muy diversas como la salud, soy Instructor de RCP y Soporte Vital Básico y Avanzado, fui socio fundador de una academia de preparación de oposiciones, con gran éxito y tengo dos libros publicados, uno de ellos va por la 3ª Edición. Todo ello compatibilizándolo con mi principal línea de trabajo en la ONCE.
En cuanto a la segunda parte de la pregunta, evidentemente todo conocimiento bien sea en profundidad sobre tu especialidad o de forma transversal, como es la formación complementaria, son valores esenciales para acumular experiencia y sobre todo coger perspectiva.
¿Qué le impulsó a dedicarse al ámbito de la comunicación y el protocolo?
Digamos que estábamos hechos el uno para el otro. Entré hace 33 años y por casualidad en un Institución que nada tenía que ver, y no es un chiste fácil, con la ONCE de hoy en día. Pero tenía un largo y arduo trabajo por delante en materia de imagen, de publicidad, de marketing relacional… Me embarqué en este proyecto y ha sido y es un auténtico “doctorado”.
¿Cómo es su día a día como Responsable de Protocolo de la Dirección General de la ONCE? ¿Cuáles son sus funciones?
El día a día es frenético, damos cobertura a toda la estructura de la Organización a nivel nacional y esto significa un gran sentido del trabajo en equipo. La ONCE es una Entidad muy activa en todos los sentidos, pero este año en el que cumplimos 80 años, la hiperactividad se ha disparado en todos los sectores de la Comunicación.
Evitando demasiada prosa, mis funciones las resumiría en unos pocos infinitivos; escuchar, planificar, coordinar, consensuar, gestionar, ejecutar y evaluar.
La ONCE es una parte imprescindible de la sociedad. En el caso de la organización de eventos, ¿considera que las instituciones y empresas suelen tener en cuenta la asistencia de personas con discapacidad? ¿Qué les aconsejaría?
Normalmente solo se tiene en cuenta la discapacidad cuando aparece. Pero no debemos tomar esta actitud como algo discriminatorio per se, es simplemente falta de información, de conocimiento sobre temas de accesibilidad, no solo arquitectónica, sino de acceso a la información, hoy día tan importantes.
Estamos en una sociedad plural y muy dispuesta al derecho de todas las personas a ser diferentes, pero hay que trabajar más para concienciar a Empresas e Instituciones y hacer que esta sensibilidad de la que hablo se convierta en algo tangible.
¿Qué significa para usted la palabra protocolo? ¿Y protocolo inclusivo?
Pues es como hablar de alimentos y sopas…la sopa no deja de ser un alimento. El protocolo no debería de llevar apellidos porque sólo por el mero hecho de llevarlos ya estamos marcando las diferencias.
La inclusión debería de venir “de serie” en todos los aspectos de la vida porque simplemente la diversidad es algo que está implícito en el ser humano.
¿Considera que el Real Decreto de Precedencias de 1983 está adaptado a la actualidad? ¿Por qué?
Evidentemente se han incorporado algunas mejoras, pero aún hay mucho por hacer. Prácticamente en todos los actos oficiales en los que participa una personas con discapacidad o diversidad funcional, nos encontramos dificultades para aplicar estrictamente las precedencias, bien porque no se tienen en cuenta los acompañantes, bien porque los sitios asignados no se corresponden con la accesibilidad a la información o bien porque el lugar no es del todo accesible.
En su visita a IMEP comentó que “hay un montón de sitios emblemáticos y maravillosos para celebrar eventos que no son accesibles. No se trata solo de tener un ascensor o una rampa”. ¿Qué mejoraría a nivel de espacios para conseguir que los eventos sean más accesibles e inclusivos?
Básicamente derribar las barreras mentales, me explico, los edificios y lugares que no son accesibles ya están hechos, por lo tanto lo único que podemos hacer es proponer trabajos paliativos. Pero lo que sí que es realmente esencial es el cambio de mentalidad de los que hacen el proyecto, se llamen arquitectos, diseñadores de web, programadores…
Pensar en todos desde el plano no tiene ningún coste. Una vez construido sí los tiene.
Según su experiencia, ¿cuáles son las asignaturas pendientes de los profesionales del protocolo y la organización de eventos?
Hoy día prima adaptarse a los nuevos tiempos donde todo transcurre muy rápido, de hecho sucede en tiempo real. Creo que hay dos ingredientes que son indispensables y que en ocasiones son asignaturas pendientes en algunos responsables del protocolo. La flexibilidad, por un lado, es esencial tener cintura para adaptarse a una situación cambiante o inesperada, y por el otro, el sentido común que nos permite aplicar soluciones con coherencia.
En su trayectoria profesional:
¿Cuáles son los actos que más quebraderos de cabeza le dan o le han dado?
En protocolo no hay actos buenos y actos malos. Cualquier acto, aparentemente “amable” se puede tornar en la tormenta perfecta.
Normalmente aquellos actos que requieren la implicación de los distintos departamentos de protocolo de diversas empresas o instituciones participantes son, a priori, los más complejos.
¿Cuál fue el acto más complejo que tuvo que organizar y por qué?
Difícil decantarme en tantos años de carrera. Quizás en el que me vi más sorprendido fue en la Ceremonia Inaugural de los Juegos Paralímpicos de Barcelona’92. El Comité Organizador de estos Juegos no previó la colocación de un atril en la plataforma de parlamentos para que el Presidente de la ONCE pudiese apoyar las páginas de su discurso en braille. De repente el Director de Protocolo y Ceremonias del Comité Paralímpico me pidió que, dado que tenía la misma estatura que el Presidente, le acompañara en dicha acción para sujetarle los papeles, a modo de atril humano, delante de 300 MM de personas. De esta forma daríamos una imagen protocolarizada y programada. La conclusión que saqué es que no es aconsejable tener la misma estatura que tu presidente.
Según su experiencia, ¿cómo debería ser un buen Responsable de Protocolo?
Para alejarme de los tópicos, yo diría que algo parecido a un buen árbitro en un partido. Es decir, que sea una figura indispensable pero sin que se note su intervención salvo que sea absolutamente necesario para el buen discurrir del partido. Los protagonistas son los jugadores y tú estás ahí para que brillen el mayor tiempo posible con su propia luz.
Si en un acto el protocolo toma exceso de protagonismo, algo no funciona en el protocolo.
¿Algún consejo para todos aquellos futuros profesionales del ámbito de la organización de eventos, el protocolo y la comunicación?
En cuanto al terreno personal, esta es una profesión muy vocacional. También es dura, no conoce horarios, lugares, fiestas, fines de semana…y la mayoría de las personas tenemos una familia y una vida que transcurre en paralelo. Si no hay vocación, ilusión y compromiso, este binomio es difícil de conciliar. Esta es una reflexión que os hago tras el paso de los años. No es lo mismo dedicarte a este mundo cuando eres joven, estás libre de cargas y repleto de vitalidad, que cuando tu situación se diversifica con cargas familiares y tus energías no mejoran con la edad.
En cuanto al terreno estrictamente profesional, solo un par de consejos; una actitud de escucha y trabajo, mucho trabajo en equipo, o dicho de otra manera según lo planteé en el curso de experto, ser capaces de “cantar una ODA”:
- Que antes del evento el cliente se Olvide del evento
- Que durante el evento el cliente Disfrute del evento
- Que después del evento el cliente se Acuerde del evento
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