¿Ser un líder o parecerlo? Esta es una de las cuestiones que se le plantea en relación a un término que lleva más de cien años en el punto de mira de los investigadores. Liderar no es mandar. Ser un líder no es ser un jefe. Y para ello, debemos partir de la base de que la etiqueta de liderazgo se consigue con la experiencia y las aptitudes adquiridas. De esa manera, nos aseguramos de que todo aquello que hagamos tenga esa repercusión sobre los demás.
Para hablar de líderes hay que iniciar la cuestión con una premisa innegociable: éstos deberán tener seguidores, algo tan esencial para crecer profesionalmente y para que nuestra etiqueta de líder sea adquirida, auténtica y no prestada. La sociedad se confunde en el momento de atribuirse esa preciada condición social. Ser un líder dependerá siempre de la percepción que tengan los demás sobre nosotros.
Para iniciar un proyecto, emprender o lograr objetivos lo primero que debemos saber es quiénes somos y hasta dónde podemos llegar. Un taller habitual en las sesiones de la asignatura de “Habilidades comunicativas” del Máster en Organización de Eventos, Protocolo y RRII es que al alumnado se le pide que envíe un mensaje por whatsapp a 30 amistades y que éstas le devuelvan el mensaje con una palabra que defina al emisor. Las caras de sorpresa son mayúsculas porque el alumnado se percata que entre sus amistades el concepto que tiene sobre ellos es diferente al que ellos pensaban. Descubren actitudes, aptitudes y definiciones inesperadas que les permitirán conocerse mucho mejor. Por ello, los profesionales coinciden que primero debemos liderarnos a nosotros mismos para luego liderar al resto, y en ese camino es clave saber quiénes somos realmente.
Otra de las cuestiones a valorar es: ¿Somos lo que pensamos? La forma en la que hablamos de nosotros mismos define también nuestro liderazgo: la historia personal de dificultades, superaciones y logros condiciona la lente con la que vemos la realidad y la manera en la que lideramos otras personas. Así también lo entendió el astro balompédico.
Por ello, rescatamos 10 lecciones esenciales para liderazgos eficaces propuestas por diferentes autores.
Liderarse a uno mismo
Hay quienes se ven a sí mismo como líderes desde el colegio. Han tenido la capacidad de influenciar a otros desde que eran niños: capitaneando los equipos en los que participaban, organizando cumpleaños, graduaciones o todo tipo de eventos… Lo más importantes de esto es que su capacidad de liderar es el eje principal en la narrativa de su vida.
Liderar con compromiso
El desafío a dirigir es una cualidad que no tiene precio, deja huella y te permite posicionarte con hechos. Este tipo de liderazgo proviene de personas que no se perciben a sí mismas como tal, si no que se comprometen con el trabajo y el equipo, resuelven necesidades, abordan conflictos y tienen la iniciativa en nuevos proyectos.
Liderar con responsabilidad
El contexto obliga a determinadas persona asumir roles de liderazgo por el bien del grupo o la empresa.
Liderar siendo referencia
La vida pone a cada uno en el lugar que le corresponde. Estos líderes han logrado ser la referencia del grupo y por tanto han sumado seguidores. Este tipo de perfil es capaz de sacrificarse por los demás y dejan paso a que otras personas emprendan con su ayuda.
Liderar bajo la cultura del esfuerzo
La base de la cultura del esfuerzo es fundamental para seguir el camino correcto. La actitud marca y hace camino. A lo largo de la historia se han conocido casos de marcas que se han caído por no entender la filosofía de sus competidores. Hay que creer en las ideas, en dar ejemplo y hacer lo correcto. No hay excusas para darlo todo.
Liderazgo espejo
Tanto las empresas públicas como las privadas se guían por sus líderes y funcionan exactamente igual que un ejército. A mayor motivación, mejor rendimiento. Un grupo de 20 personas en el que dos de ellas no se sientan arropadas harán que el ambiente sea negativo y perdamos a efectivos del grupo. Sin embargo, ese mismo grupo con dos soldados motivados lograremos un efecto multiplicador. Por tanto, seamos un espejo en el que se miren.
Líder con integridad
El líder es el faro que ilumina. Debemos ser leales e íntegros para que nuestra imagen sea la mejor en el mercado. Está en juego nuestro futuro y el de la empresa.
Un líder, un amigo
La cooperación es posible entre dos partes, aunque no haya amistad. Lo importante de esta situación es que el objetivo se logre a pesar de sufrir alguna adversidad. La relación entre equipos multidisciplinares y de profesionales con distinta personalidad no es excusa para que un proyecto no logre su fin. La amistad es importante, pero sin ella tampoco sería un problema para comunicar. Sumar siempre será mejor que restar.
Lidera a personas y no a números
La empatía es una de las mejores armas para conectar con nuestros equipos. Tratemos a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros. Así de fácil.
¿Qué líder aportarías?
Te proponemos un reto. Haz un repaso de las lecciones arriba mencionadas y piensa en un referente que creas que cumple con todas o la mayoría de lecciones. ¿Quién es, para ti, un líder? Anímate y déjanos tu respuesta en comentarios.
Por lo tanto, las 10 lecciones esenciales del liderazgo es un tema atractivo que sirve como punto de partida para adquirir otras habilidades comunicativas junto a la oratoria, la persuasión, las técnicas de la comunicación no verbal u otras herramientas para alcanzar la popularidad entre las masas y que nuestra imagen exterior sea la idónea. Los profesionales del Protocolo, la Organización de Eventos y las Relaciones Públicas deben aplicar técnicas de liderazgo para ser la mejor versión en un mercado cada día más exigente.
Autor: Miguel Molina Picazo, docente IMEP.
Fuente: https://elpais-com.cdn.ampproject.org/c/s/elpais.com/elpais/2020/09/21/laboratorio_de_felicidad/1600707307_627760.amp.html
Referencias
Sinek, S. (2017). Los líderes comen al final. Por qué algunos equipos funcionan bien y otros no. Sexta edición. Empresa Activa. Madrid.
González, F. (2013). En busca de respuestas. El liderazgo en tiempo de crisis. Debate. Madrid
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