El pasado 6 de diciembre todo el pueblo español celebraba el 39º aniversario de su Carta Magna con mucha alegría, pero también con el sosiego adecuado y con cierta dosis de incertidumbre ante la aplicación en Cataluña de su artículo 155. Es preciso recordar que el Protocolo oficial español se fundamenta en una legalidad vigente que viene marcada por la Constitución Española de 1978, como norma vertebradora de la estructura del Estado; aunque a la hora de llevar a cabo la organización de los actos públicos, solemnes y no solemnes, es preciso acudir al omnipresente Real Decreto de 2099/1983, de 4 de agosto, que aprueba el Ordenamiento General de Precedencias del Estado: un Real Decreto que, aunque algo desfasado, es el que tenemos.
Pero si esta celebración se lleva a cabo, se debe en parte al Real Decreto 2964/1983, de 30 de noviembre, que es el que establece el “Día de la Constitución”. El preámbulo de esta norma, de solo cinco artículos, señala que su objeto es solemnizar tan marcada fecha y su artículo 1º reza así: “El día 6 de diciembre de cada año, aniversario de la ratificación de la Constitución por el pueblo español, se declara Día de la Constitución”. Ya en el artículo 2º especifica que “las Instituciones del Estado, de ámbito nacional o territorial, conmemorarán esta jornada con la mayor solemnidad y con actos públicos en la forma que establezcan sus órganos de gobierno y dirección”.
Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón de Madrid
Pocos son los cambios que a nivel protocolario ha sufrido esta celebración, por tanto, también en esta ocasión se ha seguido la secuencia de años anteriores. Así, poco antes de las diez de la mañana en los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón de Madrid, una compañía mixta formada por cuatro secciones de los ejércitos de Tierra y Aire, la Armada y la Guardia Civil, procedían a rendir honores a los representantes de las Cortes Españolas; es decir, a Ana Pastor, presidenta del Congreso de los Diputados; y a Pío García-Escudero, presidente del Senado. Y estos honores, según dicta el art. 16 del Reglamento de Honores Militares , consistieron en la interpretación del himno nacional en versión breve (27 segundos) y arma presentada.
A continuación, los presidentes de ambas cámaras, acompañados por el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), General Fernando Alejandre, pasaron revista a las fuerzas militares allí congregadas.
Acto seguido, se procedió al solemne izado de bandera al compás del himno nacional en su versión completa (52 segundos). Esta bandera de España, con 35 kilos de peso y 300 m², de superficie, fue izada por primera vez en 2001 cuando el mástil de 21 metros que tenía, fue sustituido por el actual de 50 metros. Por último, tuvo lugar el desfile, por delante de la tribuna presidencial, de la escuadra de gastadores y banda de música de la Guardia Civil que precedía a la compañía mixta.
Congreso de los Diputados
En cuanto al acto principal en el Congreso de los Diputados, tuvo lugar a las 11:30 horas, después de la correspondiente bienvenida a los invitados de Ana Pastor y Pío García en la entrada del Palacio. Y se celebró, como ya es habitual, en el Salón de los Pasos Perdidos que es una magnífica estancia de estilo isabelino, aunque en opinión de alguno da sensación de quedarse pequeño para albergar un acto de tanta solemnidad.
También son temas controvertidos, llegada esta fecha, el plantearse si procede la ausencia del Rey de España como Jefe del Estado, puesto que el “sentir” del acto parecería indicar de acertada su asistencia; seguro que, con un poco de sentido común e imaginación, y a pesar del principio de preeminencia real, podría ubicarse al monarca en un lugar digno que no restara protagonismo a los anfitriones. En cuanto a la disposición de autoridades, en general, también es un tanto discutida al tener que colocarse milimétricamente en dos filas, unos junto a otros, siguiendo el riguroso perímetro del salón y dejando poco visible la bandera de España: símbolo de la Patria. Y qué decir de los invitados que se sitúan en frente, sin orden ni concierto alguno, que queda francamente mal.
Precedencias del acto
La presidencia estuvo ocupada Ana Pastor y Pío García, si bien, la presidenta del Congreso ocupó el lugar derecho (el más representativo). A la derecha de Ana Pastor, conforme al Real Decreto de 2099/1983 de Precedencias del Estado, se colocó el Presidente del Gobierno, como máximo representante del Ejecutivo; y siguieron la línea (en orden de precedencia decreciente) González Rivas (Presidente del Tribunal Constitucional), Carlos Lesmes (Presidente del Tribunal Supremo y CGPJ) y Soraya Sáenz (Vicepresidenta del Gobierno). A continuación se colocaron los ministros conforme a lo ordenado en el art. 15.2 de este RD, aunque se echó en falta a Dastis (Asuntos Exteriores), por lo que figura primero Catalá (Justicia), le sigue Cospedal (Defensa), Montoro (Hacienda), Zoido (Interior), Serna (Fomento); luego, al no asistir Méndez de Vigo (Educación), aparece Fátima Báñez (Empleo) y ya en la parte curva de la línea, Nadal (Energía), Tejerina (Medio Ambiente), Guindos (Economía) y Montserrat (Sanidad). A su izquierda, Jorge Moragas, el Director de Gabinete de Rajoy con categoría de Secretario de Estado.
La presidenta del Congreso, Ana Pastor, y el del Senado, Pío García-Escudero, presidieron el acto solemne de izado de la bandera nacional en los Jardines del Descubrimiento de la Plaza de Colón de Madrid, con motivo de la celebración del 39 aniversario de la Constitución española.
Ya en segunda fila y a la derecha de la bandera, este año vimos al arzobispo Renzo Fratini, Decano del Cuerpo Diplomático y Nuncio apostólico del Papa, al que siguieron los Presidentes de las Comunidades Autónomas por orden de publicación en el BOE de sus Estatutos de Autonomía. Asistieron solo nueve presidentes de los dieciséis que pudieron hacerlo, dado que Cataluña está huérfana de representantes: Feijóo (Galicia), Susana Díaz (Andalucía), Ceniceros (La Rioja), Miras (Murcia), García Page (Castilla La Mancha), Clavijo (Canarias), Vara (Extremadura), Cifuentes (Madrid) y Navarro (Castilla y León). A estos le siguió Pedro Sánchez (el Jefe de la Oposición), Carmena (Alcaldesa de Madrid), Jaime Alfonsín, el Jefe de la Casa de S.M. el Rey; y Romay Beccaría (Presidente del Consejo de Estado) entre otros.
Y a la izquierda de Pio García-Escudero, se colocaron representantes legislativos como los miembros de la Mesa del Congreso, con sus cuatro vicepresidentes: Prendes, Navarro, Romero y Eizó; y cuatro secretarios: Sánchez Camacho, Gordo, Expósito y Reyes; la Mesa del Senado, con sus dos vicepresidentes y cuatro secretarios. En segunda fila quedaron colocados algunos componentes de la Junta de Portavoces como Rafael Hernando (PP) y Margarita Robles (PSOE); y a continuación, Iglesias y Rivera que el pasado año estaban justo enfrente. Más a la izquierda vimos al Letrado Mayor del Senado, algunos “padres” de la Constitución, como Miguel Herrero y Miquel Roca; y expresidentes del Congreso, como Fernanda Rudí.
Justo frente de estas autoridades, en el caótico semicírculo formado, pudimos ver a secretarios de Estado, diputados, senadores, miembros de otras altas instituciones del Estado, de la Comunidad de Madrid, militares de alta graduación, portavoces adjuntos y resto de invitados.
Respecto al discurso de la Presidenta del Congreso de los Diputados, pronunciado sobre las 12:00 horas, poco puede decirse desde el punto de vista protocolario, salvo que fue breve y se ajustó a la actualidad que vive la Nación. Ahora, toca preparar ya la entrada de esta Ley fundamental en los 40.
Artículo de Serafín Piñeiro Rodríguez
Profesor IMEP
Fotos: EMAD y El Confidencial
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