Hoy en día muchas sociedades, concretamente la española, viven una situación de crisis económica que dificulta a las empresas garantizar el puesto de trabajo de sus empleados. Esta situación produce un fuerte desenganche y una pérdida de la lealtad por parte de los trabajadores, que ya no se sienten ni tan involucrados ni tan implicados con su empresa. Por todos estos motivos, los trabajadores se mantienen en constante alerta ante las oportunidades que les brinda el mercado laboral.
Por ello, el riesgo de perder a los empleados con talento, que son los que precisamente tienen mayores oportunidades de encontrar otro empleo, se incrementa de forma considerable, y las empresas se ven obligadas a reaccionar. Es decir, se ven obligadas a ofrecer a sus empleados un valor añadido diferencial, que les haga considerar a su empresa como la mejor opción.
Actualmente, conseguir a empleados satisfechos y comprometidos se ha convertido en una auténtica necesidad para las compañías, ya que el talento de los colaboradores es la llave de la transformación, la ventaja competitiva y el éxito empresarial.
Sin embargo, conseguirlo supone un gran reto para las compañías. Y es en este punto donde entra el juego la importancia de saber gestionar la comunicación interna. Pero, ¿por qué? ¿qué es la comunicación interna?
De acuerdo con numerosos expertos, se entiende que la comunicación interna son todas las acciones que la empresa realiza para la creación y mantenimiento de buenas relaciones con y entre sus miembros. De ese modo, permite superar la mera relación laboral para dar paso a un vínculo mucho más relacional. Por lo tanto, no solamente asume funciones informativas y corporativas –que es lo que en un principio puede parecer-, sino que también asume funciones sociales, de escucha activa, operativas y estratégicas.
Por ello, gestionada de manera adecuada permite brindar a los empleados más y mejores beneficios y ventajas que las que ofrecen el resto de empresas de la competencia. Concretamente, gracias a la comunicación interna los empleados pueden: entender y compartir la cultura de la empresa, identificarse con ella, estar informados, participar en la toma de decisiones, ser escuchados y valorados, interactuar con sus compañeros y jefes, estar motivados, ayudar a solucionar los conflictos trabajo-vida, y sentirse reconocidos y premiados por su trabajo. Iniciativas que se encuentran entre las más valoradas a la hora de elegir una empresa donde trabajar.
Por lo tanto, la puesta en marcha de un buen Plan de Comunicación Interna ayudará a las empresas a trabajar en employer branding. Es decir, en construir una empresa atractiva para trabajar en ella, que permita retener a los empleados con talento, pero también atraer a los mejores del mercado.
Ahora más que nunca las empresas han de esforzarse por mejorar su imagen, por diseñar una atractiva propuesta de valor y un proyecto ilusionante, y por hacerlo visible tanto dentro como fuera de ella. Pero, sobre todo, las empresas han de trabajar en una correcta gestión de las personas.
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